Artesanía
Los hallazgos procedentes de la antigüedad nos ofrecen múltiples ejemplos de que ya existía un intento consciente de incluir valores estéticos en las herramientas y los utensilios de uso diario. Los hallazgos de Osberg muestran grabados en tela y madera de una gran calidad profesional dando amplia evidencia del trabajo de ingeniosos artesanos. Los interiores y el mobiliario de las iglesias medievales noruegas también son testigo de magníficas obras de artesanía como son los grabados de los púlpitos, los objetos de cobre y plata utilizados en los ritos religiosos y quizás, de una manera más notable, una producción textil de carácter religioso muy típica de aquella época, como la alfombra decorativa de Baldishol, realizada por un artista anónimo.
Una de las técnicas de la pintura decorativa más típicas de Noruega consiste en la utilización de rosas de diferentes tamaños y formas como diseño principal. Muy popular en las comunidades de campesinos y granjeros del pasado, esta técnica de usar las rosas como elemento principal de la pintura decorativa se considera un clásico del arte popular noruego.
Durante el siglo XVI los orfebres noruegos empezaron a firmar sus propias obras, por lo que a partir de esta época el nombre del artesano siempre aparecía en el producto acabado.
Otra de las tradiciones importantes que florecieron durante el Renacimiento fue la artesanía textil de carácter pictórico, una actividad típicamente femenina que se desarrollo con fuerza sobre todo en la región de Gudbrandsdalen. Desde comienzos del siglo XVII también se empezaron a producir hornos de hierro con grabados de un gran valor e interés artísticos, dando origen a la artesanía noruega.
En las zonas rurales, tanto la talla de madera como la utilización de las rosas en la pintura decorativa, continuaron hasta bien entrado el siglo XIX. Con la llegada de la independencia en 1814 se abrieron nuevas oportunidades para la comunidad de artesanos pero en las décadas siguientes la pobreza impidió un desarrollo serio de la artesanía. Durante la segunda mitad del siglo XIX los artesanos noruegos todavía seguían muy influidos por las tradiciones antiguas, pero poco a poco se empezó a introducir la nueva tecnología en la producción artesanal. Fundada en 1852, la Fábrica de Vidrio Hadeland se dedicó a la producción de un vidrio más refinado usando muchas veces técnicas de gran calidad importadas del extranjero. Egersund Faiance importó de Inglaterra la técnica para trabajar la piedra y en 1887 se abrió la Fábrica de Porcelanas de Porsgrunn.
En los últimos 100 años ha habido un aumento del reconocimiento de los valores estéticos de la artesanía, y desde principios del siglo XX han tenido lugar numerosas exposiciones en los principales centros de población. Una cuestión importante para este desarrollo ha sido la tendencia general entre los orfebres noruegos de invertir menos tiempo en comisiones y talleres y centrar más la atención en el carácter artístico del diseño de sus producciones.
Durante el periodo Jugend resurgió el interés por la artesanía noruega y por el uso de las antiguas insignias vikingas, como las cabezas de pato y de dragón, que desde entonces se han incorporado en la artesanía en muy variadas formas atrayendo el interés de todo el mundo y convirtiéndose prácticamente en un símbolo nacional.
El diseño funcional de la década de los 30 tuvo un impacto significativo en la producción artesanal escandinava y en los años 50 dio lugar a un estilo característico, más suave y más humano conocido como Diseño Nórdico.
Los desarrollos de la década de los 70 revolucionaron la industria artesanal. Los artículos textiles, el vidrio, la cerámica y otros tipos de artesanía se aceptaron plenamente como una forma de arte visual y se dejó de dar importancia al medio de producción. En 1974 los artesanos noruegos crearon su asociación Norske kunsthåndverkere (Artesanos Noruegos) y por fin se les tuvo en cuenta para el Sistema de Rentas Garantizadas del Estado y empezaron a ser por lo general más aceptados por la comunidad de artistas noruegos. En la década de los 80 el diseño industrial creció en importancia y se encargó cada vez a un mayor número de artesanos la tarea de decorar espacios y edificios públicos. Además, la artesanía y el diseño fueron una parte importante de la expresión artística durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer en 1994.
No hay comentarios:
Publicar un comentario